Viernes 30 de mayo de 2014
Una vuelta de p�gina al default y a la era del "vivir con lo nuestro"
Fuente:
La Nacion
Autor:
Eduardo Levy Yeyati
El Gobierno�acord� ayer un plan de repago de la deuda en default�con algunos de los pa�ses desarrollados agrupados en el Club de Par�s. El acuerdo, por una deuda que se valu� en 9700 millones de d�lares al 30 de abril de 2014, contempla pagos por 1150 millones de d�lares hasta las elecciones de 2015; quedar�n los 8550 restantes a cargo del pr�ximo gobierno. El plazo de pagos podr�a extenderse dos a�os m�s en caso de que no se concretaran inversiones bilaterales provenientes de los pa�ses miembros del Club.
En la negociaci�n, el Gobierno logr� preservar una bandera emotiva (�el rechazo de una revisi�n del FMI�, que posterg� el acuerdo por casi una d�cada) al costo de apurar los pagos (normalmente, habr�a obtenido 10 a�os de plazo m�s un per�odo de gracia). As�, las condiciones del arreglo se ven a la vez generosas dada la prescindencia del Fondo y exigentes en relaci�n con un acuerdo est�ndar. El arreglo es una sorpresa positiva, tanto para el cr�dito como para las reservas, por varias razones.
Primero, la resoluci�n favorable del conflicto (que complementa los acuerdos ya alcanzados en el Ciadi y con Repsol) levantar�a el veto que el pa�s enfrenta en el Banco Mundial, y agilizar�a inversiones financiadas con pr�stamos bilaterales, algunas de las cuales podr�an llegar ya en 2015 (aunque estas inversiones suelen destinarse a importaciones de bienes y servicios, con un magro dividendo de divisas). Asimismo, facilitar�a un pr�stamo corto del Banco Central de Francia al Banco Central argentino que m�s que compensar�a los pagos al Club de Par�s en el pr�ximo a�o y medio (aunque, de nuevo vale aclarar, el efecto sobre las reservas ser�a apenas cosm�tico).
Sin embargo, el beneficio m�s inmediato probablemente venga de la mano de un menor costo financiero, que beneficiar�a la b�squeda de fondos internacionales de provincias, empresas p�blicas y privadas y, posiblemente, del mismo Tesoro nacional.
La respuesta inicial de los mercados fue parcial y diferenciada: mientras las acciones sub�an con fuerza en Nueva York, los bonos lo hac�an m�s levemente contenidos por el "riesgo�holdouts". Pero si la Corte Suprema de EE.UU., en alg�n momento entre el inicio de Brasil-Croacia y el final de Argentina-Bosnia, decide pedir opini�n sobre el caso argentino al procurador general, postergando as� el desenlace varios meses, es probable que la tasa de inter�s a la que se endeuda el Gobierno descienda por debajo del 8% alguna vez insinuado como umbral.
En ese caso, es posible que el Tesoro nacional opte por complementar el menguante saldo comercial con nueva deuda financiera como fuente de divisas, arriando definitivamente la bandera del desendeudamiento; en rigor, la del desendeudamiento expl�cito, ya que la deuda impl�cita, no reconocida en las planillas del Ministerio de Econom�a (juicios pendientes de empresas en el Ciadi o de jubilados en los juzgados locales, Repsol,�holdouts) viene aumentando en los �ltimos a�os m�s de lo que disminuyen las obligaciones reconocidas.
Del lado negativo, el acuerdo promete financiamiento a una administraci�n habituada a jugar sin margen y a gastar a cuenta, dando argumentos (y fondos) a los que promueven una combinaci�n de atraso cambiario, precios administrados, gasto fiscal y tasas en baja para reanimar la econom�a a tiempo para la foto de despedida.
En suma, la reestructuraci�n de la deuda con el Club de Par�s pudo venir antes y ser m�s generosa para el pa�s, puede generar complacencia con el recurso f�cil del ancla cambiaria a expensas del ahorro y la inversi�n, y ciertamente hace poco para resolver el d�ficit de desarrollo que enfrenta la Argentina hace unos a�os. Pero ayuda a dar vuelta la p�gina del default, a abandonar el "vivir con lo nuestro" y a atenuar el estr�s financiero en el tr�nsito a 2016.
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