Miercoles 2 de noviembre de 2011
El desaf�o es seguir creciendo
Fuente:
La Naci�n
Autor:
Eduardo Levy Yeyati
Primero lo obvio: si la econom�a mundial se enfr�a, el crecimiento argentino se ver� afectado. En 2009, la econom�a argentina desaceler� a la misma velocidad que las de nuestros vecinos, y si bien un colapso de esa magnitud es improbable, no lo es tanto un escenario de "d�cada perdida" en los Estados Unidos o Europa que fuerce un menor crecimiento chino.
Por otro lado, como en 2009, el contagio no ser�a financiero, sino real: el impacto directo llegar�a de la mano de una menor demanda global de nuestros productos y de un estancamiento o ca�da del precio de las commodities .
Pero el gran desaf�o vendr� del frente interno: evitar que el temor a una recesi�n limite el gasto de las familias y la inversi�n de las empresas, algo que inducir�a un recorte de la producci�n y de las horas trabajadas, validando y profundizando a posteriori los temores que originaron la retracci�n del gasto y la inversi�n.
Esta suerte de profec�a autocumplida en nuestro caso se combina con otra: la de la fuga hacia el d�lar a la espera de una depreciaci�n que no llega y que, al forzar una ca�da de las reservas, realimenta las expectativas de depreciaci�n d�ndole impulso a la fuga. Tanto la frugalidad del gasto como la acumulaci�n de d�lares implican reasignaci�n de recursos, postergaci�n del consumo y de la inversi�n y enfriamiento de la demanda dom�stica.
"Yo prendo una velita todos los d�as y rezo para que China no se nos caiga", confes� hace d�as Luis Miguel Castilla, ministro de Econom�a peruano. Adem�s de la fe, �qu� otras respuestas est�n disponibles para sostener el crecimiento en el corto plazo?
La flexibilidad cambiaria es �til en estos casos. Es cierto que, con nuestros socios comerciales depreciando, enfriando y ajustando a la baja su consumo, un d�lar alto no sumar�a exportaciones. Pero no se trata s�lo de competitividad: una correcci�n del peso contribuir�a a la sustituci�n de importaciones. Y un d�lar menos barato, al reducir las expectativas de depreciaci�n, desalentar�a la fuga de capitales. As�, el tipo de cambio ayudar�a a vigorizar la demanda real y a debilitar la demanda financiera.
Por otro lado, la persistente salida de capitales ha acumulado ahorros privados en el exterior que se cobijan en activos dolarizados con rendimientos cercanos a cero. Su repatriaci�n es una opci�n natural para compensar la insuficiencia de d�lares sojeros y para reducir el costo financiero cuando empieza a cortarse el cr�dito.
Un contexto mundial menos favorable ofrece la oportunidad de revisar algunos conceptos: �la flexibilidad cambiaria es un negocio para especuladores o el modo para bajar los costos del ciclo econ�mico? �Los capitales repatriados son las inversiones golondrina de los 90 o ahorros recuperados para la inversi�n directa o el cr�dito? Y, de paso, sirve para volver sobre los frentes exiliados del discurso oficial (subsidios, integraci�n comercial y financiera, pol�tica monetaria e inflaci�n).
Por suerte, contamos con una defensa contra una desaceleraci�n mundial. El partido es complicado, pero depende de nosotros.
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