Actividad. Espa�ol. Inflaci�n. Deuda P�blica y Externo.
Miercoles 21 de marzo de 2012
�Cu�nto crece la Argentina?
Fuente:
La Naci�n
Autor:
Eduardo Levy Yeyati
Desde el c�lebre slogan de James Carville durante la campa�a de Clinton, la econom�a -el crecimiento y sus dividendos en t�rminos de creaci�n de empleo y disminuci�n de la pobreza- ha sido una fuente privilegiada de capital pol�tico. No es novedad que, m�s all� de sus cualidades individuales, los pol�ticos son imbatibles en la bonanza e invotables en las crisis.
La premisa del crecimiento como bandera proselitista fue particularmente emblem�tica en las administraciones kirchneristas. Sin embargo -o, precisamente, a ra�z de esto- desde 2007 la informaci�n oficial sobre el PBI se ha vuelto cada vez menos confiable. Distorsionada desde el inicio de la intervenci�n del INDEC por el efecto colateral de la subestimaci�n del IPC, hoy el dato de crecimiento suele ser percibido como espec�fica y deliberadamente exagerado.
Si bien, al igual que con el IPC, no hay manera sencilla de compensar este d�ficit estad�stico, existen sustitutos imperfectos que nos acercan un poco al n�mero verdadero. Uno de estos sustitutos es el �ndice Coincidente de Actividad Econ�mica (ICAE). Su argumento es sencillo: tomemos un conjunto de series, presuntamente libres de manipulaci�n, que segu�an de cerca al crecimiento del PBI antes de que �ste sufriera sus "cambios metodol�gicos" y comparemos el comportamiento de estas series con el dato oficial desde 2007 a la fecha. As�, el ICAE no es m�s que un promedio ponderado de nueve variables seleccionadas en base a su correlaci�n con el estimador mensual del producto (el EMAE, elaborado por el INDEC) durante el per�odo pre-intervenci�n.
�Cu�nto creci� la Argentina realmente seg�n este �ndice? Hasta 2007, previsiblemente, la diferencia acumulada entre el �ndice y el registro oficial es min�scula (menos del 1%). En cambio, el crecimiento acumulado entre 2007 y 2011 seg�n el ICAE fue de 25%, 14% por debajo del 39% reportado en las cifras del INDEC. Y para 2011, por ejemplo, el �ndice crece 6%, 3% menos que el registro oficial.
Al igual que con la inflaci�n, la diferencia entre �ndice y dato oficial ha ido ampli�ndose con el tiempo. As�, si en 2007-2008 el desv�o promedio fue apenas del 1%, en los �ltimos tres a�os rond� el 3%. Y si bien en 2009 pod�a pensarse que la exageraci�n del crecimiento obedec�a a la necesidad de disfrazar los efectos de la crisis mundial, la persistencia del desv�o en a�os expansivos como 2010 y 2011 sugiere una profundizaci�n del componente push up del crecimiento argentino.
Esta correcci�n del crecimiento reciente nos lleva a revisar el desempe�o relativo del pa�s en el contexto regional durante la �ltima d�cada: mientras la Argentina estuvo claramente por encima del promedio regional en los primeros seis a�os, creci� al mismo nivel que el resto en los �ltimos cuatro.
Del mismo modo, si bien seg�n los n�meros oficiales la Argentina habr�a cerrado la brecha abierta por la recesi�n del 1998-2002 en relaci�n a nuestros vecinos, nuestra aproximaci�n al crecimiento sugiere en cambio que esta brecha (es decir, la diferencia entre el crecimiento acumulado por ellos y por nosotros) se estabiliz� hacia fines de 2008 en alrededor del 10% -indicando que a�n no recuperamos el terreno perdido en la crisis. Y que, a juzgar por el sesgo declinante del ICAE en los �ltimos meses y las estimaciones que se barajan para la regi�n, la brecha podr�a de hecho ensancharse en 2012.
Una cr�tica usual en relaci�n a este push up de crecimiento es que deriv� en un sobrecosto fiscal a ra�z de los mayores pagos asociados a los cupones indexados al PBI. Sin embargo, no est� claro, a priori, c�mo impacta el combo subestimaci�n del IPC-sobrestimaci�n del PBI en el producto nominal que se toma para el pago del cup�n. En principio, c�lculos aproximados sugieren que en los primeros a�os el PBI nominal oficial pudo haber quedado apenas por debajo del genuino (menores pagos) y que, a partir de 2009, la mayor sobrestimaci�n del PBI habr�a compensado este sesgo (pagos aproximadamente "correctos"). As�, hay razones para suponer que el muy mentado sobrecosto de los cupones ha sido m�s mito que realidad -aunque, si el IPC y el PBI real son dif�ciles de aproximar, estimar la combinaci�n de ambos es un ejercicio rayano en la adivinaci�n.
Pero tal vez lo m�s relevante de la revisi�n de los n�meros del PBI y su din�mica reciente es que pone en perspectiva un aspecto esencial del "milagro argentino". Y, con una crisis europea en ciernes y China planificando un aterrizaje suave hacia un nuevo modelo de crecimiento, abre la puerta a un demorado debate sobre el patr�n de crecimiento -debate que, vale aclarar, es oportuno tanto en la Argentina como en la mayor�a de los pa�ses exitosos de la regi�n.
Asimismo, esta sencilla aproximaci�n al verdadero crecimiento ilustra el peligro de creernos nuestros propios simulacros. Por algo se empieza.
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